En Jijona, corría el año 1870 cuando Santiago Picó junto con su mujer María Jerez deciden independizarse de sus padres, maestros turroneros, y probar fortuna en la capital de España donde consiguen montar un puesto en la Plaza Mayor, al que acudían todas las Navidades.

Cuando sus cuatro hijas crecieron, María, Concha, Mercedes y Palmira Picó, les enseñaron el difícil arte de la venta y del afable trato con la clientela. Al casarse éstas, abrieron en la misma plaza, tres puestos.