De esta unión nacen Sebastián y Félix Llinares que al igual que sus progenitores, sus padres les enseñan todo en el mundo del turrón, siguiendo la tradición familiar. Después de casarse con Yolanda Sirvent y Catalina Ramal respectivamente, también expertas turroneras y heladeras, deciden seguir con el negocio familiar dándole un importante empujón comercial.